Esos sustractos del pasado…El confidente, Hélène Grémillon

Hace tal vez minutos terminé de leer El confidente, que me dejó con las letras y palabras en la boca, con la última frase que habré leído como cinco veces, para poder entender la magnitud de aquel final. El que lo haya leído seguro entienda.
Generalmente, dejo pasar algunos días, capaz que semanas antes de reseñar un libro, porque lo veo de una forma más subjetiva, a veces los detalles que en su momento pasé por alto se hacen más susceptibles y mi reseña es más fiel a mi percepción de mis pensamientos, de mi impresión cual al libro. Sin embargo hoy tenía muchas ganas de escribir, de contarles cuanto me ha gustado, y los pensamientos fluyan.

Camille, una joven editora parisina, descubre que está embarazada. Sin embargo, al poco tiempo de enterarse, pierde a su madre en un accidente de tránsito. Entre las cartas de condolencia que recibe, encuentra una, anónima y sin remitente, que de forma inesperada inicia la narración de una historia ocurrida cuarenta años atrás. A partir de entonces, Camille recibe todas las semanas una de esas sorprendentes cartas. En ellas, un misterioso confidente le revela la apasionante vida de dos mujeres que, durante la ocupación nazi de Francia, lucharon por el amor de un mismo hombre y por un mismo sueño: convertirse en madres. Camille, embarazada y aún en duelo, se sentirá cada vez más intrigada y atraída hasta que, poco a poco, vaya descubriendo por qué es ella la destinataria de semejante confesión. Una historia de sentimientos con mayúsculas, de amores imposibles, de madres e hijas y de giros inesperados hasta el final. Un magnífico debut literario con el que Hélène Grémillon ha entusiasmado a crítica y lectores en Francia.

Escrita en varios tiempos, narradores que van a viene en el transcurso de la lectura y personajes que no son lo que parecen es lo que nos depara para esta lectura. Que si bien en clara, y no tiene dificultades para leer, si que es compleja. Por lo tanto, no me condenen si digo que tal vez las primeras partes hay que leerlas de corrido con atención para poder luego comprenderla bien(como con las películas).
Hay que dejarse zambullir por la historia que si bien tiene para sorprender no deja de ser predecible y es imaginable lo que sigue, lo cual no la desmerece, si no, nos hace continuar nuestra lectura para descubrir toda la verdad. Y vamos viendo, como las versiones de un mismo hecho puede ir cambiando según las circunstancias y prioridades de cada personaje. He así que la narración y la forma de escribir de la escritora, la complejidad de esta novela es casi magistral.

Las alusiones a la época y a la guerra, a París, que al principio parecen mera mención luego se convierten en puntos claves a las circunstancias y hechos de nuestra historia. Es un factor por el cual el libro me gustó mucho, a la vez que me enteré de cosas que nunca había leído siquiera en libros de historia.
Es esa novela que podría analizar y atar todos los cabos, volver a releerla y descubrir que desde un momento estuvo todo preparado y cuando lees la última frase quedas con letras y palabras en la boca.


Casi se me escapa un detalle:
Si hay algo que he recordado y me gustaría aclarar, es la contratapa, cito: “(...)la historia de dos mujeres que lucharon por el amor del mismo hombre.”

Que si bien es significante, a la vez que no es mentira, la historia va mucho más allá que la pelea y rivalidad de dos mujeres por el amor de un hombre. Por lo tanto lectores, los invito a no dejarse engañar siempre por lo que nos quieren vender, sino más bien por la historia, la novela misma, que lo que esconde les prometo que es mucho mejor.


Mis citas favoritas:

“Mis pintoras pasaron a ser así  mis nuevas muñecas de porcelana, mis nuevas intermediarias en esa historia de amor para la que no siempre encontraba las palabras.” (pág. 28) 

“No son los demás quienes nos afligen las peores decepciones, sino el choque entre la realidad y los arrebatos de nuestra imaginación.” (pág. 31)

“Al pretender salvar a una mujer de la esclavitud de la maternidad, el aborto le impone una nueva forma de esclavitud: su culpa.” (pág. 80)

“(...) El poder sabe prohibir, no curar.” (pág. 151)

“El asesinato es una alianza de circunstancias y temperamentos: ambas teníamos las circunstancias, pero no el temperamento.”  (pág. 222)

Ustedes que me dicen? Vieron el libro en la mesa de novedades? Lo leyeron? Lo leerían?

Besos,

Melisa